Descripción
La pequeña Teresita, creció en una familia de prestigio y virtuosamente generosa. Una niña de carácter noble que buscaba agradar a Dios, buena estudiante y sensible al sacrificio y oración. Ella abrazó la vida consagrada en el convento del Carmelo. Todo lo hacía con paciencia y caridad porque ella decía: “El amor lo es todo”. Esta vida ejemplar nos motiva a querer ser mejores cada día a través del camino de la humildad.
Autor: María Skibel